NOSOTROS

Nuestra congregación y colegio

1849-1858

LA FUNDACIÓN. En un ambiente hostil, seis jóvenes sacerdotes se embarcaron en una aventura misionera en una pequeña habitación del seminario de Vic, España, animados por un sacerdote de 41 años. Al frente, el misionero Antonio Claret. Era el 16 de julio de 1849. Pronto tuvieron que superar enormes dificultades, agravadas por la ausencia del Fundador en Cuba y el escaso crecimiento inicial.

1858-1870

CONSTITUCIÓN DEL INSTITUTO. Tras el fallecimiento del P. Stephen Sala, segundo General de la Congregación, la elección de Joseph Xifré como General supuso un impulso formidable para la estructura interna del Instituto y sus instituciones, así como para las primeras fundaciones fuera de Vic: Gracia y Segovia. La presencia de Claret, de nuevo en España, también supuso un apoyo constante.

1870-1899

EXPANSIÓN TEMPRANA. El fallecimiento del Fundador el 24 de octubre de 1870 y la situación de la Congregación, refugiada en Francia, no impidieron la vida regular y la coherencia misionera del Instituto. Ya se había fundado en Argel y Chile. Ahora era el momento de continuar la expansión en España, Guinea Ecuatorial, México, Italia, etc. La Congregación se dividió en Provincias. A su muerte en 1899, el Padre Xifré dejó un futuro esperanzador.

Misioneros Claretianos

Somos una Congregación de Misioneros fundada por San Antonio María Claret el 16 de julio de 1849, en Vic, España, junto con los PP. Esteban Sala, José Xifré, Domingo Fábregas, Jaime Clotet, Manuel Vilaro. El nombre oficial de nuestra congregación es Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María, comúnmente conocidos como Misioneros Claretianos.

Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa. Que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias; se alegra en los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la cruz de Jesucristo, No piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres.

Al final de nuestros nombres, ponemos el C.M.F., el acrónimo de las palabras latinas Cordis Mariae Filius que significa Hijo del Corazón de María.

El objetivo de nuestra Congregación es buscar en toda la gloria de Dios, la santificación de sus miembros y la salvación de los hombres y mujeres de todo el mundo, según nuestro carisma misionero en la Iglesia. Anunciamos el Evangelio a todos y por todos los medios, especialmente aquellos más aptos para comunicar el mensaje de Cristo.

Estamos presentes en 70 países de todo el mundo dedicados a ámbitos tan diversos como impartir educación de calidad, publicar biblias y libros religiosos, dirigir parroquias, elevar y ayudar en el bienestar social de la gente y el cuidado de nuestra casa común.

Claretianos en el mundo

«Hoy comienza una grande obra» es la frase con la que San Antonio María Claret animó a los 5 cofundadores de la Congregación un 16 de julio de 1849. Hoy, 175 años después, somos más de 4.000 misioneros en 70 países de los cinco continentes, marcando una importante presencia en la vida eclesial a través de nuestro carisma misionero.

Los países en los que nos encontramos presente:

África: Angola, Burkina faso, Camerún, Chad, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Guinea Ecuatorial, Kenya, Madagascar, Mozambique, Nigeria, R.D del Congo, Santo Tomé y Príncipe, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Zimbabwe.

América: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto rico, Rep. Dominicana, Uruguay, Venezuela.

Asia: Bangladesh, China, Corea del Sur, Filipinas, India, Indonesia, Japón, Malasia, Myanmar, Sri Lanka, Taiwan, Timor Leste, Vietnam.

Europa: Alemania, Austria, Bielorrusia, Eslovenia, España, Francia, Italia, Polonia, Portugal, Rep. Checa, Rusia, Suiza, Reino Unido, Ucrania.

Oceanía: Australia, Nueva Zelanda.

Nuestra Provincia

San José del Sur

En la parte sur de América, los Claretianos nos organizamos en la Provincia de San José del Sur. La Provincia está comprendida por Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.

Nuestra Provincia cuenta con 95 misioneros religiosos y numerosos laicos y laicas que animan la misión y sus apostolados concretos.

En este territorio estamos distribuidos en 20 comunidades con diversos ministerios, entre los que podemos encontrar la animación parroquial y de santuarios, apostolado educativo (en todos los niveles), atención a la juventud universitaria, una editorial, etc.

Somos parte de una Congregación misionera, por tanto nuestra inquietud supone creatividad para responder a lo más urgente, oportuno y eficaz en cada lugar donde caminamos como Pueblo de Dios.

Sueño Provincial

- Soñamos una comunidad provincial arraigada en Jesucristo y su Buena Noticia que, al estilo de Claret, se enciende en la pasión por la vida plena de la humanidad y de la Casa Común.

- Soñamos comunidades que cuidan y cultivan la fraternidad en diálogo intercultural e intergeneracional, valorando la riqueza de la diversidad.

- Soñamos una acción misionera encarnada, que se conmuve con las periferias, para la transformación del mundo según el designio de Dios.

(Convocados por la Misión, Documento del III Capítulo Provincial)

Un Legado de Fe, Educación y Comunidad

Desde sus primeros pasos en Alta Córdoba, el Colegio Corazón de María ha sido mucho más que un lugar de estudio: es una comunidad educativa construida sobre la fe, el esfuerzo y el compromiso con la formación integral de cada estudiante. A lo largo de más de un siglo, nuestro colegio ha crecido gracias a la dedicación de misioneros claretianos, docentes, familias y alumnos que han dejado su huella en esta querida institución.

Los comienzos: una misión que transformó un barrio

La presencia de los Misioneros Claretianos en Alta Córdoba comenzó con una clara vocación evangelizadora. En 1911, el P. Castellá asumió la dirección del colegio, acompañado por maestros como Simeón Solís, cuya pedagogía rigurosa y amorosa sentó las bases de una educación de calidad. Desde entonces, el lema "Casa - Colegio - Parroquia" se convirtió en la columna vertebral de la vida comunitaria, integrando la formación académica con la vida espiritual y social del barrio.

En aquel tiempo, el colegio ya destacaba por su disciplina, el progreso de sus 230 alumnos y la estima de las familias locales, que veían en él un espacio seguro para la educación cristiana de sus hijos.

El renacer bajo la dirección del P. Trallero (1925-1941)

Uno de los momentos decisivos en nuestra historia fue la llegada del P. Trallero, quien asumió la dirección en 1925. Con una energía incansable, el P. Trallero lideró una profunda transformación:

- Recuperó la calidad académica del colegio, elevando el nivel educativo.

- Logró la incorporación al Colegio Nacional de Monserrat, vinculando nuestra secundaria con la Universidad Nacional de Córdoba.

- Impulsó grandes obras de infraestructura: construyó nuevas aulas, laboratorios y mejoró las instalaciones, cambiando completamente la fisonomía del colegio.

- Fue un líder presente: además de director, daba clases de latín, historia y hasta dirigía retiros espirituales.

Su legado es claro: un colegio que resurgió con fuerza, poniendo las bases para convertirse en un referente educativo en la ciudad.

La era del P. Quiroga: el constructor del futuro (1940s-1980s)

Tras una etapa compleja, llegó el P. Bernardo Quiroga, considerado por muchos como el "segundo fundador". Su gestión, larga y fructífera, marcó el destino del colegio para décadas:

- Cambió la orientación del secundario al plan comercial, más acorde con las necesidades del momento, sentando las bases de nuestra actual especialidad en Economía y Gestión de las Organizaciones.

- Fue un visionario constructor: durante sus 40 años de rectorado, se ampliaron aulas, se construyó la torre de la iglesia, y se adquirieron terrenos en Villa Carlos Paz para actividades recreativas y espirituales.

- Posicionó al colegio como un referente de la educación privada en Córdoba, siendo consultado incluso por otras instituciones ante desafíos educativos.

Bajo su guía, el Colegio Corazón de María no solo creció en tamaño, sino en prestigio, formando generaciones de egresados que destacaron en carreras universitarias como Ingeniería y Ciencias Económicas.

Docentes entrañables y espíritu comunitario

A lo largo de los años, muchas figuras marcaron el corazón del colegio:

  • El Hermano Torre, maestro del nivel inicial, recordado con cariño por su paciencia y creatividad.
  • El Profesor Picas, catalán y alma del secundario, compañero fiel del P. Trallero en la construcción de la escuela moderna.
  • Docentes laicos y religiosos que, con entrega diaria, formaron no solo mentes, sino corazones.

También surgieron tradiciones vivas: procesiones, ejercicios espirituales, grupos misioneros, coros de padres y profesores, y eventos culturales que fortalecieron el sentido de pertenencia.

Hoy: un legado que sigue vivo

En 2006, con motivo de los 100 años de los Claretianos en Argentina, el colegio celebró su identidad y misión renovada. Hoy, seguimos fieles a nuestros principios: una educación católica, inclusiva, de excelencia académica y comprometida con la justicia y la solidaridad.

Este recorrido no habría sido posible sin el apoyo constante de las familias, cuya confianza y colaboración han sido esenciales. Cada pared, cada aula, cada árbol plantado cuenta una historia de superación, fe y esperanza.

Provincia Claretiana de San José del Sur

Con la reorganización de nuestras comunidades misioneras del cono sur, conformada por los países de Chile, Paraguay, Uruguay, y Argentina, los misioneros claretianos trabajando de manera sinodal, acompañan nuestros centros educativos desde el Equipo Provincial de Educación (EPE).

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